FIESTAS

No hay veraneo sin las fiestas de uno u otro de los pueblos que nos acogen durante esos días de descanso. Ya sean de playa o de campo. Ninguno renuncia a organizar el ocio del veraneante con una lista increíble y siempre original de eventos festivos.

A los dos o tres días de llegar, aparece en el buzón o de la mano de algún vecino el “Programa de Fiestas”. Cada año más completo, más acabado: con todo lujo de fotos, colaboraciones de personas relevantes de la localidad o de aquellos que, habiendo nacido en sus calles, han sabido hacerse famosos, conocidos, populares o importantes fuera de sus paisajes natales.

Hoy ha llegado el nuestro. A todo color. Con gran profusión de fotografías aéreas y a todo color donde se puede apreciar lo muchísimo que ha crecido el pueblo. Lo mucho que se ha modernizado, lo que ha ganado. Grandes torres, avenidas y paseos marítimos con mucha farola. Playas cuidadas y regeneradas, islas de verde que son las plazas y jardines, fábricas a la salida del lugar y campos de deportes en condiciones. Para mí, que lo he conocido pequeño, pobre, alejado de todo y nada urbanizado, la primera impresión es de pena. Es un pensamiento egoísta e intento quitármelo de la cabeza con teorías de esas de “mejor para ellos”. Siempre queda pensar que para lo que han crecido otras costas y otros pueblos, éste ha conservado mucho mejor que la media su aspecto de pueblo de pescadores y sus playas, salvando las que están en el propio pueblo, aún se consideran las últimas vírgenes del Mediterráneo nacional.

Luego, vistazo a los “conciertos” que nos han preparado. Para todos los gustos, dice mi vecina mientras pasamos el dedo por la lista. ¿Para todos los gustos?, me digo yo. Lo veo difícil. Ni me tienta la elección de Lady conducida por Bertín Osborne; ni la proclamación de la Reina de las Fiestas con la inefable Norma Duval, estrellas de la programación. No me veo tampoco en el concierto de “Revolver”, pensado para los más jóvenes, pero sin pasarse. Lo de la Banda de Música puede tener gracia, si no hay nada que hacer y cuentas con un grupo de amigos que sean capaces de acompañarte. Ante una velada en casa con una copa de blanco frío, mirando salir la luna por entre las dos jorobas que tiene la isla que cierra ligeramente la bahía ante mi casa, pocas cosas.

¡También hay teatro!, me dice la vecina, vista la poca gracia que me hacen las propuestas. El grupo de teatro local, una compañía de nombre desconocido y uno de aficionados forman el Corpus Teatri. Las representaciones son una mezcla “kafkiana” de Shakespeare, Lope de Vega y Lorca. ¡Lorca!, exclama emocionada mi vecina. ¡Tenemos que ir! Yo no creo que pueda. Y le cuento, que a mí esta tierra, este paisaje y estas gentes, ya me parecen lo bastante lorquianas como para admitir sucedáneos. Recuerdo el huerto de unos amigos al caer la tarde, sentados en sillas bajas pelando habas para hacer “michirones”. El olor, el calor, el ambiente, el silencio, los colores. El aire huele a drama de Lorca. Mirando hacia la verja espero ver entrar por ella a Yerma. ¡No se puede representar mejor! Esta es tierra lorquiana.

Mi vecina me mira como a bicho raro.

-Bueno, -insiste-. Algo habrá que te apetezca, hija.

-¿Recital de poesía? ¿Tampoco?

Me viene a la cabeza el Pepe Hierro de los veranos en Santander y su “Nueva York” en voz ronca y rota.

-¿Baile y cotillón?

-¿Cotiqué?

-Baile y cotillón: pues como en Nochevieja. Aunque aquí será al aire libre.

-¿Con gorritos de cartón, antifaz, matasuegras, serpentinas y confeti?

-Supongo, claro.

-¿Y no tenemos suficiente con pasar esa vergüenza una vez al año?

-Anda, guapa, que no hay quien te aguante. Toma el programa y mira tú a ver si encuentras algo, porque hay que verte bien.

Cojo el programa, rollizo y brillante, paso las páginas con las fotos de misses y reinas. Las del “antes y el después” de una u otra obra, las de los anunciantes que nos desean felices fiestas, las de anuncios del comercio -floreciente- y las de las aportaciones de los hijos ilustres.

-¡Ya está! ¡Ya sé a lo que no voy a faltar!

-¿Si? No me lo puedo creer. ¿Qué es eso tan interesante que le gusta a señora tan especial?

Y leo:

-Desfile de sombreros. Organiza: Amas de casa.

Mi amiga no me ha vuelto a dirigir la palabra en todo el día.

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